La articulación temporomandibular (ATM) es una de las articulaciones más complejas y utilizadas con más frecuencia en el cuerpo humano, trabajando en conjunto con los músculos pterigoideo internos y externos, maseteros y temporales para abrir y cerrar la mandíbula, además de estabilizar el hueso hioides durante la deglución, protegiendo las vías respiratorias al masticar y hablar. Los problemas musculoesqueléticos que afectan la función normal de la ATM se caracterizan bajo el término general de trastornos temporomandibulares (TMD). Los síntomas asociados con el TMD incluyen ruido en las articulaciones (chasquidos, trabas o rechinidos), dolor, alteración del movimiento mandibular, y restricción de la apertura. Aunque existen varias causas potenciales de TMD relacionadas propia zona de la mandíbula, en las últimas décadas ha habido un creciente número de investigaciones que apoyan la disfunción cervical, en particular la mala postura del cuello, como una causa subyacente que merece la pena investigar en caso de que el tratamiento estándar no dé un resultado satisfactorio.
La cabeza está equilibrada sobre el cuello alineada con el tronco, vista de perfil. Sin embargo, debido al mayor uso de pantallas y dispositivos electrónicos, se ha vuelto común que las personas adopten una postura con la cabeza más hacia adelante. Es decir, la cabeza descansa por delante del tronco. Esto obliga a los tejidos blandos de la parte posterior de la cabeza, el cuello, y la parte superior de la espalda/hombros a trabajar más para mantener la cabeza erguida, lo que aumenta el riesgo de lesiones en los tendones, músculos, ligamentos, articulaciones, y nervios asociados—algunos de los cuales también pueden desempeñar un papel en la función temporomandibular.
En los casos en que un paciente con TMD presente una mala postura del cuello o dolor de cuello, el tratamiento para abordar la región cervical puede ayudar a aliviar el dolor de la mandíbula y otros síntomas asociados con TMD. Además, los estudios han encontrado que los pacientes con TMD que tienen dolor en la mandíbula de más de tres meses de duración, aumento de la sensibilidad en los músculos masticatorios, dolores de cabeza concurrentes, problemas auditivos concurrentes, y síntomas más severos e incapacitantes de TMD también pueden beneficiarse de un tratamiento que restablezca la postura y la función normal de la columna cervical. Al menos tres revisiones sistemáticas publicadas en el 2023 encontraron que las terapias manuales aplicadas en la región del cuello pueden mejorar el dolor, la sensibilidad al dolor, y la función de la mandíbula.
Estos resultados resaltan la importancia de considerar al paciente en su totalidad al tratar una afección musculoesquelética como el TMD—un enfoque común entre los médicos quiroprácticos. Esto incluye una revisión cuidadosa de la historia del paciente y un examen exhaustivo no solo del área de la dolencia principal, sino también de las regiones adyacentes del cuerpo, para identificar cualquier problema que pueda contribuir o incluso causar el dolor o la discapacidad actual del paciente. En el caso de los TMD, especialmente los síntomas más prolongados o más graves, tiene sentido examinar también la columna cervical.